martes, diciembre 13, 2005

the numerologist

Los Esbirros de la Fatalidad defienden los siguientes postulados: Denominado a partir de Marte, dios griego de la guerra, el día está regido por el planeta rojo de la destrucción, la sangre y la violencia. Además, según la leyenda, la confusión de las lenguas en La Torre de Babel se produjo un día martes. Pero el argumento es tan sólido como relatar que mi abuelita pisó el cordón de su zapato, cayó y se rompió cinco dientes, y fue un martes.

En la vereda de enfrente los inquietos Numerólogos – como el buen carnicero, que le saca las tripas al rumiante y te las pone sobre el mostrador para que las veas bien -, se despachan con cuestiones como los 13 espíritus del mal en la mitología nórdica, la venida del Anticristo y la Bestia – capítulo 13 del Apocalipsis - y la referencia a la muerte en el Tarot con la carta número trece. Todos numerados y ubicados en los calendarios oficial y judío. La literatura sajona, además, refiere de un episodio preliminar llamado “el banquete en el Valhalla”. Al mismo fueron invitados doce dioses pero Loki, el espíritu de la pelea y el mal, llegó sin invitación con lo cual el número de los presentes ascendió a 13. En la lucha que se produjo para expulsar a Loki, Balder, el favorito de las deidades, encontró la muerte. Siglos después, un remake a la hebrea iba a desparramar tal suceso a través de culturas y generaciones como “La última Cena”: trece discípulos reunidos y posterior – consecuente – muerte al individuo predilecto.

Para 1978 la revista británica "Gentlemen's Magazine", sensible a estos asuntos, publicó una estadística según la cual, como promedio, una de cada trece personas reunidas en una habitación moriría antes del año. Desde hacía tiempo, igualmente, que invitar trece personas a una cena significaba buscar quilombo.


"¿is there a pattern?" escribe una y otra vez sobre la servilleta descartable Walterio Canuzza, mi amigo numerólogo, mientras esperamos que el culiado del mozo se decida a traernos la pizza. La tesis de los Esbirros de la Fatalidad es débil e improbable: “No puede haber conjunción de factores ¡Menos por menos es más!”, me dice. “Le estás buscando la quinta pata al gato” respondo, cual señorita del primario, mientras estiro el cuello para ver si veo al pajero del mozo. Él agacha la cabeza y escribe:

“5º (pata) = falsa argumentación, 13º (día) = mala suerte”

“(13) menos x (5) nulo x…”

“¿Sabés que vas a tener que romper un espejo, no? O pasar por debajo de una escalera”

“Claro Walterio. Claro…”


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