martes, mayo 30, 2006

proyecto de teoría no cuántica sobre el tiempo y el aburrimiento


Extiéndase una emoción cualquiera – pena, júbilo, abatimiento, euforia – en espacio temporal de amplitud variable. Inevitablemente – esto acontecerá con cierta premura para el caso de la euforia, dilatadamente en la tristeza o la alegría – la emoción se extinguirá; entonces sobrevendrá el aburrimiento.

Se desprenden las siguientes hipótesis:

1. las emociones son esporádicas alteraciones o variables sobre un contínuo que es el aburrimiento.

2. el aburrimiento es el contenido fundamental, el hilo compone los tramos del tiempo. Usted puede dibujar una guarda, una viñeta, una flor; invariablemente encontrará aburrimiento.

2 bis. Las emociones son un invento humano (y van...) para burlar la muerte, que es la cara oculta, o la nuca, del aburrimiento.

3. el aburrimiento lo es todo. Sólo que a veces se aburre y se disfraza de otra cosa.

4. no existe la fatalidad. O existe y se llama aburrimiento.

5. Platónica: el aburrimiento es un señor que está afuera de la cueva haciendo sombras chinescas.

6. Nietzcheana: Dios está muerto. O lleva tantos millones de años aburrido que da igual.

7. el autor de este post debería buscar un trabajo.


miércoles, mayo 24, 2006

frases racistas escuchadas en la semana

- "... el tema es que cada negro que no trabaja tiene diez hijos y los tira a la calle a los diez. Entonces los diez chorean... "

- "No. Esa gente no sirve..."

- "En lugar de Tévez, que tiene todo el cuello quemado, necesita ortodoncia y de pedo sabe hablar, deberían haber llamado a Cavenaghi"

jueves, mayo 18, 2006

pessoa, la metafísica y una foto


La foto, ganadora del último certamen de la Asociación Mundial de fotógrafos, pertenece a Bárbara Walton de la agencia EFE y fue tomada en la localidad de Phnom Penh (Camboya). El sol, asomando por detrás de la nube en el espacio superior de la misma refleja solo un pequeño segmento de luz en el inferior. Una extraña y apacible simetría organiza la totalidad del plano: del otro lado el afable pescador y el ave – pequeñísima, pero fundamental para el conjunto – se distinguen emergiendo entre una serie de franjas y colores/luces horizontales y verticales. Oscuros, contrastando con la luz del sol. Dos simples colores que se repiten como matices a lo largo de todo el plano con distintas cargas de luz. Nada mantiene una línea de anclaje ni evidencia rigor alguno. La estructura, sin embargo, no toleraría el más mínimo desplazamiento de cualquiera de sus objetos.
Un estudio científico de la adecuada severidad nos permitiría establecer valores y variables que definen el plano. Cualidades y cantidades standard, repetibles. Bárbara Walton, sin embargo, observó el paisaje y, como si estuviese hablándole a ella, sacó la cámara y disparó.

“hay bastante metafísica en no pensar en nada”, dice Pessoa.
(“¿Qué pienso yo del mundo?
¡Qué sé yo lo que pienso del mundo!”)

lunes, mayo 01, 2006

soliloquio de sábado por la noche


entonces mientras la pelirroja de remerita fucsia sacudía el culo enfrente mío pensé que, quizás, ya no tenía tantas ganas de coger. Pensé en esa película gallega bastante bolacera que había visto unas horas antes, en la pareja protagonista cuando se subía a un honda azul platinado y en que yo me acordé – así, de golpe - de Anita. Me acordé, mientras veía. No por nostalgia o anhelo sino porque cuando los dos salíamos en auto a ella le gustaba que maneje yo. Anita estacionaba y se cruzaba de asiento, igual que la chica de la película. Entonces pensé que lo más probable era que ella lo ignorara; quizás estaba perdida en la montaña o comprando fiambre en el mercado central con su nuevo novio (que sí tiene auto). Pero cuando vi que se subían al honda, yo me acordé de Anita. Pensé. Y si así era, también era probable que ella pensara en mí cuando se cruzaba a un chabón de buzo celeste en la calle o veía un pibe comprando maní japonés. Muy llano y muy sencillo para una esperanza. Y frágil, además: quizás Anita no se acordaba de mí en ningún momento. No me importó. Si ella, en algún momento, lo hacía, entonces yo estaba ahí. Aunque mi cuerpo alimentara moluscos 300 mts. bajo el agua: estaba ahí. Si ella se acuerda de mí – pensé - yo no me pierdo. Y de eso, en definitiva, se trata el amor. Por eso el pibe ese que tomaba cerveza solo en la barra y el que estorbaba en el medio de la pista y ese otro que había ido con la novia, por eso quizás todos los hombres están buscando, siempre, amor. Aunque no lo sepan.

Eso pensaba. Después pusieron reggaetón y me dieron ganas de coger de nuevo.

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