viernes, noviembre 11, 2005

inestabilidades

Arbitrio, azar, caos. Así reaccionan los objetos. Tal el comportamiento de las partículas y la materia. Las teorías cuánticas lo han demostrado. Illa Prigogine, archienemigo de Stephen Hopcking expresó, algo intolerante, en una entrevista, “la ciencia no puede, y nunca podrá, predecir”. Sus experiencias científicas no buscan precisión, enlazar variables o causa efecto; versan de probabilidades, segmentos, campos de apertura.
Ni hablar del universo planteado por las bibliotecas inagotables de Borges - vastísimo, heterogéneo y sorprendente - que sólo adquiere un cierto orden – estimado y, a la vez, inasequible - en la repetición del desorden.


¿Realmente creés que, al dejar el vaso en el borde de la mesa, debería haber previsto que podía vacilar, caerse, quebrarse en el suelo y dejar pedazos de vidrios por todos lados?

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